Pienso que el desarrollo cerebral de tu hijo puede realizarse de forma correcta y sana si pones en práctica las siguientes ideas:
Cuando respondes al llanto del bebé, por ejemplo, le estás ayudando a aprender el concepto de confianza. Él confía que será atendido cuando te demande.
Aprender a oír, interpretar y responder adecuadamente a los lloros de tu bebé o niño pequeño es una de las tareas más importantes en tu misión de Educar a tu hijo.
No debes confundir estas atenciones con consentirle todo cada vez que llore (este punto irá variando a medida que el niño crezca), ya que si es eso lo que haces, sólo conseguirás convertirlo en un niño dependiente. Es necesario que aprendas a distinguir sus peticiones y encontrar el equilibrio. Cuanto más tiempo pases con él, más fácil será reconocer sus señales.
Existen estudios que demuestran que los pequeños que reciben caricias, masajes, que se llevan en brazos, son menos irritables y ganan peso con mayor facilidad. Aunque esto tampoco debes tomarlo como norma infalible.
Los pequeños, incluso los adultos, necesitan abrazos y cariño. En la mayoría de ocasiones un abrazo cariñoso será lo único que necesite tu pequeño para apaciguar cualquier llanto menor.
Como adulto puedes no sentirte cómodo con los abrazos y los besos debido a tu propia experiencia familiar. No obstante, debes hacerlo con tu pequeño ya que os proporcionará estimulación y confort a ambos. A medida que tu hijo crezca, con un abrazo o una palmadita en el hombro expresarás más que con palabras.
También es muy importante que hables a tu hijo, que le leas cuentos aunque aún no te entienda ya que de este modo se estimula su parte cerebral responsable del desarrollo del habla y del lenguaje.
A los pequeños les encanta que las palabras y canciones se repitan constantemente. Ellos aprenden imitando, repitiendo. Seguramente, te cansarás de repetir siempre la misma canción, poema o cuento, pero debes tener paciencia y asumir que de este modo desarrollas de manera correcta su cerebro.
Si sientas a tu pequeño en el regazo y sigues el ritmo de cualquier música, estás ayudando a su cerebro a captar ritmos. ¿No te encanta verlo bailar siguiendo cualquier música? ¡Canta tu también, a él no le importa que desafines!
La música estimula su creatividad tanto animándolo como calmándolo, dependiendo del tipo de música que escuche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario