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viernes, 27 de abril de 2012

La Cuenta Corriente Afectiva

La Cuenta Corriente Afectiva


Hoy os voy a presentar una nueva herramienta que suelo enseñar a mis pacientes, y que considero de enorme utilidad para la vida en general. Se trata de la "la cuenta corriente afectiva"
Esta herramienta está diseñada, para poder mantener un adecuado "flujo" de capital afectivo con las personas que realmente nos importan, y de esta manera, aumentar los niveles respectivos de autoestima. Es relativamente fácil de aplicar, pero para poder sacarle el máximo partido, resulta fundamental comprender su mecanismo de acción
Hay múltiples maneras de definir a las personas y una de ellas, es dividirlas en activas y reactivas. Las personas reactivas, son aquellas que se limitan siempre, a reaccionar frente a las demás personas o acontecimientos de su vida: Si esta persona no me habla, me entristezco. Si me sonríe, soy feliz. Si hace mal día, estoy triste, etc. Son personas que ceden su poder a los otros, y están atrapadas por la creencia básica de "con tal de que me quieran, donde hay que firmar"; dependiendo excesiva y sumisamente, del entorno y sus circunstancias.
Este tipo de personas presentan una autoestima muy disminuida, buscando en los demás lo que no son capaces de darse a sí mismas. Unas veces demandaran aceptación, otras reconocimiento o afecto, pero siempre, su conducta mostrará que sus "depósitos de amor hacia sí mismos", están completamente vacíos.
Esa conducta demandante, les envuelve en un sufrimiento más o menos difuso; pero lo que no suelen percibir, es que paralelamente a ese sufrimiento, se va generando en ellos, un "departamento de resentimiento". El resentimiento se crea, al obligarse al esfuerzo continúo de responder al deseo del otro, y eso va generando, "tacita a tacita", el correspondiente resquemor. Resquemor, que suele explotar en el momento más inoportuno; dejándoles confusos, abatidos y culpables, lo que a su vez, vuelve a poner en marcha el mecanismo de sumisión.

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